Tendencia
El balance de blancos es un ajuste electrónico que logra una reproducción de color correcta, sin mostrar dominantes de color; los cuales son muy notables en los tonos neutros, con independencia del tipo de luz que ilumina la escena. Se puede realizar de forma continua, automática o manual.
Esta función es utilizada desde 1935 con la introducción de la primera película diapositiva color “Kodachrome” de Kodak. Desde aquel tiempo, el balance de blancos se hacía únicamente de forma manual, filtrándose la luz para hacer coincidir su temperatura de color con la emulsión utilizada.
La temperatura de color vendría a ser el reparto espectral de la luz y al ser el ojo humano adaptativo, se ajusta a la variación de la temperatura de color automáticamente.
El inconveniente que presentaba la temperatura de color en la cámara fotográfica analógica, era que no podía distinguir si la luz presente era blanca pura o no. Además también se utilizaban filtros fotográficos de color para contrarrestar los efectos de la temperatura de color.
Con iluminación artificial, por ejemplo, es muy probable que una de las componentes de color sea más importante que las otras. Por ejemplo, en la iluminación de tungsteno predomina la componente roja, muy útil en escenarios cálidos donde predominan los tonos rojos.
Todas las cámaras digitales brindan distintas opciones de balance de blancos: automático, luz día, sombra, tungsteno, o manual.
El balance de blancos, en definitiva, permiten no solo que las fotos sean óptimas, sino, por sobre todo, que obtengan el efecto que el fotógrafo quiera sobre ella.
Fuentes consultadas:
- http://es.wikipedia.org/wiki/Balance_de_blancos
- Redacción. “Blanco: la llave del color”, Audio Video Foto Hoy, N°62, pág. 40-47. Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario